Texto: 1° Samuel 16; 1;7;11-13
El Verdadero Valor: Lo Que Dios Ve
Hoy vamos a hablar de algo que a todos nos toca de cerca: la autoestima.
¿Alguna vez se han sentido mal con ustedes mismos?
¿Han pensado que no son lo suficientemente buenos, inteligentes, o atractivos?
La verdad es que todos, en algún momento, hemos luchado con nuestra autoestima.
Pero la Biblia tiene un mensaje increíblemente poderoso para nosotros sobre este tema, y lo encontramos en 1 Samuel, capítulo 16.
Vamos a centrarnos en una historia fascinante:
la elección de David como rey.
Lo Que el Mundo Valora vs. Lo Que Dios Ve
En el pasaje que leímos, Dios le dice a Samuel que Saúl ha sido rechazado como rey y que es hora de buscar a uno nuevo entre los hijos de Isaí.
Samuel va a Belén y cuando ve a los hijos de Isaí, empieza a mirar a los más grandes, a los que parecen más fuertes o más impresionantes.
Uno por uno, los ve y piensa: "Este debe ser el elegido".
Pero en el versículo 7, Dios le da una lección magistral a Samuel, y también a nosotros:
"Y Jehová respondió a Samuel:
No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón."
¡Qué verdad tan profunda!
El mundo, y a veces nosotros mismos, nos enfocamos en lo externo:
La apariencia física:
¿Soy lo suficientemente guapo o guapa? ¿Tengo el cuerpo "perfecto"?
Las habilidades o talentos:
¿Soy bueno en los deportes, en los estudios, en el arte?
La popularidad o el reconocimiento:
¿Tengo muchos "me gusta" en mis fotos? ¿La gente me acepta?
Las posesiones materiales:
¿Tengo la ropa, el celular, o los zapatos más nuevos?
Nos comparamos constantemente con los demás, y si sentimos que no "damos la talla" en estas áreas, nuestra autoestima se desploma. Nos sentimos invisibles, sin valor, o que no merecemos ser amados.
Pero Dios nos dice algo radicalmente diferente: Él mira el corazón.
David: El Inesperado Elegido.
La historia continúa y Samuel pregunta si hay algún hijo más.
Isaí responde que solo queda el menor, David, quien está cuidando las ovejas.
David era el insignificante, el que nadie esperaba, el que ni siquiera estaba presente en la "selección" inicial. Probablemente era el más pequeño, el menos imponente, el que nadie consideraría para ser rey.
Pero cuando David llega, Dios le dice a Samuel: "Levántate y úngelo, porque este es." ¡David! El muchacho que pastoreaba ovejas,
el que parecía no tener nada especial a los ojos humanos. Dios lo vio. Dios vio su corazón, su potencial, su fe.
Y desde ese día, el Espíritu de Dios vino sobre él.
Tu Valor no Está en lo Que Ves, Sino en lo Que Dios Ve
La lección para cada uno de ustedes hoy es esta:
No te compares con los demás:
Deja de medir tu valor por lo que ves en otros o por los estándares del mundo. La belleza de las redes sociales es a menudo una ilusión, y la popularidad puede ser fugaz.
Tu valor no depende de tus errores:
Todos cometemos errores. David mismo cometió errores serios más adelante en su vida. Pero Dios no nos desecha por un error; Él nos ofrece gracia y la oportunidad de levantarnos.
Dios te ve de una manera única y especial:
Para Dios, no eres un número más. Eres un hijo o una hija amado, creado a su imagen y semejanza, con un propósito único. Él ve tu corazón, tus anhelos, tus luchas, y el potencial que ha puesto dentro de ti.
Tu identidad está en Cristo:
Si has puesto tu fe en Jesús, eres una nueva creación. Eres amado incondicionalmente, perdonado, y aceptado. ¡Esa es la base de tu verdadera autoestima!
Cuando entendemos que nuestro valor no proviene de lo que hacemos o de cómo nos vemos, sino de lo que Dios ha hecho por nosotros y de quiénes somos en Él,
nuestra autoestima se fortalece. Empezamos a vernos a nosotros mismos como Dios nos ve: valiosos, amados y con un propósito.
Así que, la próxima vez que te mires al espejo y no te guste lo que ves, o que te compares con alguien más y te sientas menos,
recuerda 1 Samuel 16:7: "Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón."
Tu corazón es lo que verdaderamente importa para Dios.
porque Él te ama y te ha elegido,
tienes un valor incalculable.
¡Vive con esa verdad!
Empieza amándote, valorando te, tu eres único, eres el especial tesoro para Dios, eres tan Valioso y especial que Dios mismo vino a tu rescate porque te Ama, si Dios te ama y te tiene algo especial para ti
Aceptalo ,Recibele como el Señor de tu vida.
Autoestima; La autoestima personal es la valoración y percepción que una persona tiene de sí misma. Se trata de la medida en la que alguien se aprecia, respeta y acepta a sí mismo, influyendo en su autoconcepto, su confianza y su bienestar emocional