Texto proverbios 22;1
Queridos hermanos,
Hoy quiero hablarles de algo que nos da el libro de Proverbios,
un libro lleno de sabiduría práctica para la vida diaria. Específicamente, nos vamos a enfocar en el versículo 1 del capítulo 22:
“De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, y la buena fama más que la plata y el oro.”
A primera vista, puede que este versículo no resuene en nosotros,
especialmente en un lugar como este.
Puede que pensemos: “¿Buen nombre? ¿Buena fama? ¿Qué valor tiene eso aquí?
Las riquezas, el dinero, eso es lo que realmente importa en el mundo real” !Buen nombre para que.!
Quizás tu digas si ya tengo un nombre,ya tengo una fama.
Pero les pido que me escuchen con el corazón abierto, porque este mensaje es para todos, sin importar dónde estemos.
Este proverbio nos dice que el buen nombre vale más que el dinero. Piensen en esto:
¿qué es un buen nombre?
Es cómo nos ven los demás. Es la reputación que construimos con nuestras acciones, con nuestras palabras, con la clase de persona que somos.
Una buena reputación no se compra; se gana con esfuerzo, honestidad, y respeto.
Puede que hayamos cometido errores en el pasado, errores que nos trajeron aquí.
Tal vez nuestra reputación se dañó o, incluso, la perdimos por completo.
Pero, hermanos, el proverbio no nos está hablando de lo que fuimos, sino de lo que podemos ser.
Un buen nombre no es algo que está en el pasado; es algo que podemos empezar a construir hoy, aquí, en este mismo lugar.
¿Cómo se construye un buen nombre desde la cárcel? Si ya todos saben lo que soy.
No se trata de lo que los de afuera piensen, sino de la persona que elegimos ser cada día.
1.-Lo primero es sacudirnos del pasado y tener la disposición en el corazón de cambiar nuestra vida 2.-.lo segundo es tener un profundo arrepentimiento por los cosas que hicimos en el pasado.
3.-Lo tercero es pedirle a Dios que te ayude y recibirle cómo tu Señor y Salvador personal.
Porque de modo que si alguno está en Cristo nueva criatura es.las ……..
4.-Y luego vivir una vida práctica conforme al modelo de Dios.
Tratando a los demás con respeto: ¿Puedes ser un hombre de paz aquí? ¿Puedes escuchar a tus compañeros, tratarlos con amabilidad, aunque no sea fácil?
Siendo honesto: ¿Puedes hablar con la verdad, incluso cuando es difícil?
Asumiendo la responsabilidad: ¿Puedes reconocer tus errores y trabajar para ser una mejor persona?
Buscando el cambio: ¿Puedes usar este tiempo para aprender, para crecer, para prepararte para un futuro diferente?
El dinero y las riquezas pueden perderse en un instante. El oro y la plata no tienen valor eterno. Pero un buen nombre, un carácter fuerte y honesto, eso es algo que nadie nos puede quitar.
Es la herencia más valiosa que podemos dejarle a nuestras familias y,
lo más importante,
es el regalo que nos damos a nosotros mismos: la dignidad de saber que estamos haciendo lo correcto.
Hermanos, la vida es una oportunidad para reescribir nuestra historia.
No dejen que el pasado defina quiénes son.
Usen este tiempo para construir un futuro. Empiecen hoy a construir ese buen nombre que vale más que el oro y la plata. Que la persona que salga de aquí sea alguien de quien puedan estar orgullosos, alguien en quien los demás puedan confiar.
Que Dios los bendiga y los guíe en este camino. Amén.